Ponte en situación. Recoges a tu chica que viene muy, muy cansada del trabajo. Os montáis en el metro y no hay ningún sitio. Ella te mira sonriendo débilmente, y tu, ni corto ni perezosos te pones a 4 patas y le dices: Cariño, sientate.
Y a hora llega la pregunta. ¿Tu harías esto por tu chica?