Vale, ni es una heroína real, ni la torturan, ni mucho menos lo hacen con una batidora. Pero a que como titulo está muy bien. Atrapa al lector desde el principio. En fin, si quieres asistir a varios minutos de gritos y lloros desconsolados de una japonesita vestida de manga atada de pies y manos y sometida al placer de un consolador electrico de grandes dimensiones, ya sabes, haz click aquí abajo.